miércoles, julio 07, 2010

He dicho....


Después de una larga espera, por la venida de mis ideas vagas, presento en son de rima, lo que mi ser clama, esperando el contexto no ofenda a los que verdaderamente declaman.
Me encontraba yo husmeando, por las letras del calvario, aquellas que eran proclamadas en mi última clase del verano. Teniendo presentes a los ponentes oídos, degustaba de la crítica que hacían al gobierno fallido. Se habló de Literatura, se hablo de gajes del oficio, se hablaba de las lecturas que ensalzaban a Don Porfirio. Se percibía en aire colores de indignación, el rojo marcando el gozo y el tricolor decepción. Tocaron “Temas Actuales de la Sociedad Mexicana”, sin evitar el esbozo que conlleva la Revolución Mexicana. El tema central: Los Gobernantes, personas autodidactas, que como dijera mi amigo Zurdo, “con la izquierda piden la cuenta y con la derecha la lana”. Se hablo del poder que tienen, se hablo de lo bien que roban, se hablo también que la desdicha confiere a la sociedad de ahora. Los tacharon de mediocres, sosos, bofos y “maloras”: se desviaban de repente, empapándonos de historia. La Revolución Francesa, gran ejemplo a seguir, el Autoritarismo de Porfirio, no se puede discutir. Se decía que a Madero, no le funcionó el modelo gubernamental a seguir; en mi humilde opinión, yo creo que no tuvo tiempo suficiente para discernir. Se habló del nacimiento de las diputaciones, “Malaria de nuestros tiempos”, se comentó que en eso, España, también nos dibujó el cuento. Fernando VII e Iturbide, López Obrador y Fox todos ellos mencionados al compás del mismo son. En un breve interludio, alguien de mi izquierda preguntó: “¿Qué crees que sea necesario para salvar esta Nación?”. Mi ya inerte razón, resultado de las horas ahí presente, no supo que contestar e hizo el silencio inminente. Después de un largo rato, ese alguien preguntó: “¿Crees que tenga arreglo el México de hoy?”. Titubeante volví a callar, como calla el cenzontle de la vereda, y con voz casi inexistente, después de unos segundos de angustias y penas, respondí: - Mi estimado señor, este México no es el de hoy, la nación aquí presente, lleva siglos de tradición. Requerimos de fuerzas, requerimos educación; educación para saber que la historia no nos marcó y que los “chingados y los chingones” son solo una invención. Necesitamos eliminar la apatía, así como en la Revolución; necesitamos saber que existe un nuevo camino al sol. Debemos reinventar arcaicos estilos, debemos olvidar la grandeza de Don Benito. Debemos rescatar las estrategias de los caídos, debemos escuchar más a Chávez y a Fidel prestar oídos. Somos pueblo, raza y nación, rica poderosa y basta. Somos trigo, viento y quetzal y como tal debemos actuar. Merecemos paz y justicia, tierra y libertad, tener victorias siempre y hacer al espíritu por la raza hablar. -
Así lo escribo y así lo creo, en son de rima o de novedad, debemos dejar los extremismos para poder gobernar. Dejemos atrás la izquierda extrema, que algunas veces ni izquierda es, y dejemos para la derecha, los golpes de pecho y el devoto fiel. Exigir nuestro derecho como ciudadano de este país. Si no nos lo pueden dar, siempre queda el “levantón”, pues si por algo vale la pena luchar, es por México… nuestra nación.


Coneja...

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