lunes, mayo 02, 2011


CELEBRACION DEL 1° DE MAYO

“Seamos perezosos en todas las cosas, excepto en amar y en beber, excepto en ser perezosos” Lessing.

En 1848 vio la luz el manifiesto del partido comunista, guía fundamental de la lucha obrera contra la acumulación de capital por parte de unos pocos que generan la miseria de muchos. Karl Marx y F.Engels fueron los autores y esta publicación representó la formalización del socialismo-comunismo como fuerza política reconocida en la Europa del siglo XIX. Su aparición fue, justo como dicen sus primeras líneas, “un fantasma” que recorría Europa sembrando miedo en la burguesía porque fue el instrumento a través del cual podía liberarse el obrero de la esclavitud del trabajo y de las cadenas políticas y económicas a las que se le obligó mediante el salario.

En 1871 el ideal socialista triunfó en la capital de Francia, en el episodio conocido como “la comuna de parís”. Un grupo bien organizado y liderado por 70 comunistas tomaron el poder mediante una insurrección impensable en aquella época, las principales medidas revolucionarias fueron: La socialización de las industrias abandonadas por los empresarios, el fin del reclutamiento militar obligatorio, la supresión de las contribuciones del gobierno al culto religioso y la medida más representativa: La igualdad de las retribuciones, al más puro estilo de las cooperativas de Robert Owen. “El trabajo intelectual no incrementa el tamaño del estomago con respecto al trabajo físico, entonces... ¿por qué pretender una remuneración mayor?” Lamentablemente la comuna de parís no pudo resistir más de 4 meses, fue violentamente suprimida…una masacre que se convirtió en un parte aguas en la historia de las luchas sociales…

1880. Paul Lafargue, francés nacido en Cuba publica una obra de arte injustamente desconocida: EL DERECHO A LA PEREZA. En ella expone lo absurdo del hombre cuando de trabajo se trata: La revolución industrial había traído consigo las maquinas que hacían el trabajo de cientos de obreros en mucho menos tiempo, lo cual, según Lafargue y según la Lógica, supondría el descanso de esos trabajadores y la libertad para dedicar tiempo a otras actividades que alimentan el alma de un hombre, como las artes y los deportes; mediante fundamentados razonamientos propuso la jornada laboral máxima de 3 horas diarias cuando 15 eran las mínimas. “una locura se ha apoderado de las clases obreras” –decía- “Esta locura es el amor al trabajo, la pasión moribunda por el trabajo llevado hasta el agotamiento de las fuerzas vitales del individuo” El trabajador, según la crítica de Lafargue, no vio en las maquinas a sus aliadas que les permitirían descansar y elevar su esperanza y calidad de vida; sino que vio a sus enemigas de acero contra las que tenía que competir en clara desventaja por conservar un empleo obligados por las circunstancias, pues las maquinas tenían dueños interesados en multiplicar sus ganancias incrementando la producción y reduciendo los costos (desempleando)… Y los sufridos obreros terminaron por convertirse en esclavos de las maquinas. Dicha situación la expuso brillantemente Charles Chaplin en su película TIEMPOS MODERNOS. (Recomendacion)


Esta osada obra del Yerno de Karl Marx no titubeaba en asegurar que en una sociedad capitalista el trabajo era la causa de toda propensión a la degeneración intelectual y hasta la deformación orgánica del individuo. Y por si fuera poco hacía referencia a las santas escrituras con parte del discurso de Cristo en la montaña, convencido de que incitaba a holgazanear:
“Contemplad el crecer de los lirios en el campo. Ellos no trabajan ni hilan, y sin embargo yo os digo que Salomón jamás estuvo, con toda su gloria, tan brillantemente vestido como ellos” –El evangelio según San Mateo-

En 1886 en la ciudad de Chicago, el 1° de Mayo, una huelga de los trabajadores de las plantas paralizo la ciudad y dió de que hablar a mundo, Los periódicos de la época se pusieron de acuerdo para manejar la noticia como “La población laboral parece haber sido picada por un insecto ponzoñoso que anda dando lata por todo el mundo enloqueciendo a los obreros”
El síntoma de la "picadura" de este “insecto mundial” llamdo dignidad era la voluntad de luchar por la jornada laboral de ocho horas y por el derecho de organizarse y agruparse mediante sindicatos representantes.
De los más “afectados por la picadura del insecto” fueron Georg Engel, Adolf Fischer, Albert P. y Auguste Spies quienes fueron encarcelados con acusaciones falsas para que se “rehabilitaran” y luego condenados a muerte para tratar de erradicar el incomodo y amenazante “virus de la dignidad”. El tiempo les daría la razón y hoy los conocemos como “Los Mártires de Chicago”. A los cuales recordamos cada año en el día del trabajo.

2011. La legislación laboral rinde un hipócrita tributo a mas de 150 años de lucha escondida o silenciada en los libros, dando el primero de Mayo como descanso a sus trabajadores pero ignora y hacen ignorar voluntariamente el contexto, así como también lo ignoran los estudiantes, los padres de los estudiantes, los profesionistas, los profesores, los políticos, etc. Gracias a los planes de estudio que incluyen una historia oficial contada por los vencedores (hasta ahora)…
En palabras de Eduardo Galeano, La mayoría de las empresas, sobre todo las grandes multinacionales “miden la jornada laboral con aquellos relojes derretidos que pintó Salvador Dalí”… Y anestesian la memoria histórica y con ello toda posibilidad de revolución sembrando dos tipos de miedo en la población: 1.- El miedo a perder el trabajo y 2.- El miedo a no encontrar trabajo. Así es como durante más de 8 horas al día dejamos de ser SERES HUMANOS para convertirnos en RECURSOS HUMANOS

Zurdo.