jueves, mayo 20, 2010

Odio Llorar...


Odio llorar y lloro por ello. Odio que mi ojo derecho retenga las lágrimas con tanta desesperación como quien retiene la respiración bajo el agua. Odio llorar y no tener motivos para hacerlo. Y odio más tenerlos. Odio la melancolía y su fastidioso disfraz de "recuerdo". Odio la demagogía y la hipocrecía. Odio a los individuos que pretenden ser sin saber por qué. Odio las tardes en las que el agridulce color del sol, evoca pensamientos sin "ton ni son". Pensamientos brillantes. Anomalias constantes. Brújulas de remembranzas que insitan a intenciones mal habidas, mal sabidas y mal vividas y aun asi, tan excitantes para la memoria colectiva de mi ser en general. Embriagante sabor el de las lágrimas. Lágrimas. Cabellos lunares clavados en la inconsistencia de lo que "no fue". Sabor a viento nocturno, taciturno, vagabundo. Palabras que quieren ser expuladas y no las dejo. Memorias que quiero sean olvidadas y no se dejan. Odio caminar sobre los pasos ya caminados. Y lloro por eso. Odio encontrar indiferencia con olor a venganza. Odio plagiar añoranzas con sed de esperanza. Odio encontrar el zumbido lento pero constante de la vida detrás de mis lentes oscuros. Odio saber que existe, que ahi está. Odio ignorarlo pero odio más no escucharlo. Y lloro. Irremediablemente, así como la noche viene después del día, las lágrimas llegan. Después de mucho intento por consumirlas, por evadirlas, mi ojo izquierdo les da la salida. Odio que me vean llorar, pero odio más hacerlo.... Odio llorar.... y lloro por ello...

Coneja Empapada***

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